El método utilizado está centrado en la técnica de Terapias Breves Estratégicas, tanto en las Centradas en el Problema (palo Alto) como en las Centradas en la Solución  (De Schazer).

El énfasis esta puesto en la salud y no en la enfermedad mental. Se pone de relieve la capacidad de recursos y habilidades de los consultantes y no sus carencias e incapacidades. En el enfoque centrado en la solución, en vez de buscar lo que está mal y tratar de arreglarlo nos centramos en buscar lo que esta bien y tratamos de descubrir como usarlo estos modelos terapéuticos se centran mas en la salud que en la enfermedad. Las personas tienen recursos y fuerzas para resolver sus problemas.  Nos basamos en un pre-supuesto de que las personas tienen una fuerte tendencia a la normalidad y a que la personalidad se adapte. 

No es necesario saber mucho de la queja para solucionarla, a veces demasiada información nos hace olvidar las soluciones. Son las soluciones las que merecen nuestra atención, ya que muchas veces son las que mantienen el problema. Nos centramos en el pasado solo para mirar los éxitos. Lo más seductor de estos modelos, es pensar que en pocas entrevistas se puede producir, inducir, un cambio en la persona que padece, y que puede tener un efecto domino o bola de nieve, no solo por el problema en el cual consulta sino en otros aspectos de su vida. 

El éxito de la terapia se mide cuando el consultante logra obtener una meta, aunque sea pequeña en relación al problema total. Son modelos  generalizables y aplicables a distintos contextos y a una  multiplicidad de problemas. En la terapia breve el terapeuta escucha mucho al otro y aprende los valores y el modo de ver la realidad del consultante. Cuando el terapeuta interviene lo hace en los términos que son valiosos para el que trae el problema, es como si diera en el blanco y pudiera hacer intervenciones a través de sugerencias que puedan cambiar la visión del problema en si, por lo tanto, cuando el cambio se produce, nunca es apoyo, es un cambio profundo que puede llevar a cambios más grandes.

Se otorga importancia a la construcción de la realidad del consultante, el que padece, el que “suda”, que a veces no es el paciente identificado, pero si el que puede realizar cambios. También tenemos en cuenta que no existe una sola realidad, el constructivismo nos enseña que hay tantas realidades como sujetos a observar.